(Mateo: 2:13-23; Lucas 2: 21-38; 39-40; 41-52)
Los Evangelios proporcionan muy poca información sobre la infancia y la juventud de Jesús. Sabemos muy poco de la madre del niño, tan sólo que era una joven virgen que había concebido por obra del Espíritu Santo. Todavía menos sabemos del padre «adoptivo» de Jesús, José, excepto que era carpintero y un hombre de gran integridad moral.
Cuando José descubrió que María estaba embarazada antes de celebrar su matrimonio, decidió romper el compromiso discretamente. En un sueño, un ángel le avisó de que el niño era de Dios, por lo que debía seguir adelante con el matrimonio.
Cuando Jesús contaba con dos años, aproximadamente, a José se le apareció de nuevo un ángel para advertirle de la exterminación de todos los niños de Belén menores de dos años que Herodes iba a llevar a cabo. José y su familia escaparon a Egipto. Después de la muerte de Herodes, el ángel informó a José de que podían volver, y la familia se instaló en la ciudad Galilea de Nazaret.
El Evangelio según San Lucas cuenta que un hombre honrado llamado Simeón y una profetisa llamada Ana lo reconocieron como el Mesías. En el mismo capítulo leemos que Jesús crecía «lleno de sabiduría» (Lucas, 2, 40) y que, cuando tenía 12 años, los doctores religiosos de Jerusalén «quedaron pasmados de su sabiduría y de sus respuestas» (Lucas, 2, 47) cuando Jesús se encontró con ellos durante una fiesta de Pascua.
El Señor nos ayude en el desarrollo de nuestro carácter, y que nuestra relación vertical y horizontal sean cada vez más maduras y profundas. La clave que su vida nos da está en que el Padre y su Espíritu fueron artífice de cada parte de su historia. Hoy puedes pedir al Señor que envíe su Espíritu para que ministre y toque aquellas partes débiles de tu vida que necesitas fortalecer.
Comments